¿Qué sientes frente a tu cuerpo? ¿Qué partes no te gustan de él? ¿Para qué lo usas? ¿ lo cuidas, lo maltratas, lo insultas, le agradeces…?
Dice Osho: “el cuerpo es la parte visible del alma, y el alma es la parte invisible del cuerpo”
Tu cuerpo es la herramienta visible que tiene tu inconsciente para darte los mensajes que tú no escuchas de él. Sus síntomas son la forma de expresión, son sus palabras hacia ti: ¿los escuchas o los ignoras? ¿Los atiendes o los acallas? ¿Culpas al mensajero o entiendes el mensaje? Tal vez le des más importancia a tu mente, pero lo que creas en ella se refleja en tu cuerpo. ¿Estás creándole belleza o enojo, seguridad o miedo, dicha o dolor?
Tu cuerpo es la forma que has elegido para ser parte de la Creación, es una flor única que no puede ser como otra, que ha nacido para ser ella misma.
Piensa en tu cuerpo como un niño y en ti como el adulto responsable: ¿lo castigas porque no hace lo que quieres o colaboras con él? Cada vez que le dices palabras hirientes lo subyugas, lo lastimas. Él es un espejo de tu interior bello, perfecto, armonioso…
Hoy puedes elegir un momento para agradecerle lo que hace por ti, para honrar cada una de sus funciones, para escucharlo y aceptarlo íntegramente, para quererlo como quieres que te amen, sin condiciones, sin comparaciones, sin castigo.
Hoy míralo al espejo porque es el que te ha traído hasta este instante, porque es el que ha soportado tanto peso, tanto dolor, el que te ha transmitido alegría y placer.
Hoy déjalo ser tu parte visible del alma.
María
Acompañante en Bioneuroemoción
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