El niño que fuimos sigue en nuestro interior, con los mismos miedos, recordando las mismas palabras hirientes, acurrucado esperando amor, deseando ser mejor para agradar más, sintiéndose gordo o flaco, o mal alumno o...
Los miedos profundos, los complejos, las adicciones, inseguridades y muchas enfermedades tienen causa en su dolor. Ahora eres tú el adulto responsable ante él y puedes tomarte todo el tiempo para decirle a cada rato:
“Lo pasado pasó. Ahora yo estoy a cargo y siempre te voy a cuidar.
Te amo incondicionalmente. Te acepto tal cual eres. ¡Me encanta tu compañía!
Ya no es necesario que pidas amor afuera: yo estoy aquí para amarte y respetarte toda la vida
No es necesario tener miedo nunca más: ahora estás a salvo
Juntos podemos hacer todo lo que queramos, porque ahora tomo yo las decisiones de mi vida y nadie más.”
Abrázalo profundamente en tu corazón y sonríele, deja que la tibieza de tu amor anide en él y serás un adulto seguro, amoroso, comprensivo, divertido que recordará que vino a la vida a disfrutar cada experiencia y que siempre puede salir adelante y ser feliz.
María
Acompañante en Bioneuroemoción
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