martes, 27 de octubre de 2015

DESAPRENDER VIEJOS HÁBITOS QUE NOS HACEN DAÑO


Hoy  te propongo un trabajo mental muy sencillo de desaprender lo que nos enseñaron socialmente y que daña nuestra vida y nuestra forma de percibir la realidad: veamos y cambiemos  juntos algunas cosas  socialmente buenas  y aceptables  que nos hacen  mucho daño.
1- LA QUEJA. Socialmente está aceptado, y de hecho es una costumbre diaria, quejarnos de algo con todas las personas que nos encontramos. Ya sea el calor o el frío, la situación económica, el gobierno, los hijos, la suegra, la salud, la silueta… Al saludo inicial “hola, ¿cómo te va?” le sigue la respuesta invariable de la queja o la síntesis de lo que se vio en un noticiero. Cuando nos quejamos, el Universo nos da más de lo mismo y seguiremos viviendo esa experiencia. Si algo no te gusta, pregúntate qué muestra de ti, porque todo lo que sucede en tu vida es un espejo que te muestra una información sobre ti mismo, entonces cámbialo en ti e intenta  no quejarte. Menos aún con las personas que te encuentras casi casualmente. No crees más caos en tu vida ni en la de los demás. Da una sonrisa, una palabra de aliento. Muestra que la felicidad no depende de las expectativas, sino que es una forma de vivir.
2- EL ESFUERZO Y EL SUFRIMIENTO. Son dos cosas muy bien vistas, hasta que la vida nos da más oportunidades de esforzarnos y sufrir. “Es tan buena esa persona, tan SUFRIDA”. ¿Lo has escuchado? ¿Y cómo se gana dinero? ¡Con esfuerzo, con dolor! Después nos preguntamos por qué no tenemos abundancia en nuestra vida… sólo abundancia de esfuerzo y de sufrimiento. Aceptemos que se puede aprender del gozo y de la alegría, que el esfuerzo es una resistencia y que sería maravilloso hacer las cosas con fluidez, energía y facilidad. “Elijo aprender con amor”, “Mis experiencias son alegres y maravillosas”, “La abundancia llega a mí con facilidad”, “Elijo la abundancia del Universo porque lo merezco”… Mejor ¿no?
3- LA CULPA. La culpa parece ser buena para una gran mayoría. Se la observa como  aceptable y demuestra comprensión de los errores. No obstante, sabemos que la culpa nos inmoviliza, nos enferma el cuerpo y no nos permite avanzar. Cambiemos la culpa por la responsabilidad. Cuando nos hacemos responsables no hay lugar para la culpa, sólo hay lugar para la acción productiva. Podemos ver en qué necesitamos cambiar y no repetiremos los errores. Buscar culpables y sentir culpa es una forma de inmovilización que nos han enseñado y nos lleva a evadir la responsabilidad de nuestros actos y a hacernos cargo de nuestra vida.
4- HABLAR DE OTRAS PERSONAS O DE LO QUE NO SE SABE CON CERTEZA. Cuando nos juntamos con amigos, hablamos por teléfono, o vamos al almacén y entablamos una conversación, con extrema liviandad hablamos de otras personas. Cuando hables, habla de ti o empieza a hablar de cosas bellas, comenta las cosas maravillosas que estás aprendiendo, o haz silencio. Hablar de otros (o de lo que “escuchamos que pasó”) es una forma de juzgar, y no hay una manera linda de decirlo, sólo esta: no juzgues. El juicio es un espejo de lo que pensamos de nosotros mismos y trae más juicio sobre nosotros mismos.
Se dice que si no hay nada mejor que el silencio para decir, no digas nada. Empecemos a escuchar y a escucharnos, así vemos el espejo de nosotros que se refleja en quien tenemos enfrente y nos ayuda a conocernos y superarnos, y usemos las palabras para sembrar en este nuevo año AMOR.
Que vivas tu vida como un aprendizaje gozoso y que tengas  la bendición del conocimiento. Que seas feliz.
María
Acompañante en Bioneuroemoción

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